En el mundo del SEO existen múltiples aspectos que marcan la diferencia entre desarrollar una estrategia de posicionamiento orgánico que simplemente siga el ABC o, por el contrario, plantear estrategias sólidas que busquen generar un impacto positivo en cualquier negocio en el menor tiempo posible.
Ya sea tanto que estés gestionando la estrategia de posicionamiento orgánico de tu negocio como de tus clientes, a continuación detallo una serie de errores típicos que todos solemos cometer.
Son factores los cuáles aún siendo conscientes de ello, en múltiples ocasiones es difícil salir, ya que requiere de tiempo, experiencia y ganas, además de ir poco a poco afinando cada vez más.
¡Al lío!
No conocer de forma profunda el sector, competencia y mercado
Esto es la base y no resulta para nada sencillo. Es el motivo por el cuál no deberías trabajar jamás dos estrategias iguales, ya que no existen dos proyectos iguales aunque pertenezcan al mismo sector u ocupen una posición similar en el mercado.
EEAT
Existen sectores sensibles a ojos de Google, aquellos relacionados con salud, bienestar y dinero, popularmente conocidos como YMYL (Your Money Your Live), donde los factores EEAT son cruciales.
En este tipo de sectores en tu estrategia deberían constar acciones encaminadas a generarte una autoridad basada en la confianza y expertise dentro de tu sector.
Existen otros sectores, que aun estando alejados de estas temáticas, la autoridad que tengamos a ojos del buscador es un factor a tener muy en cuenta. De hecho, la autoridad siempre es algo que en un momento determinado del proyecto, siempre deberemos poner el foco.
Posición en el mercado
También debemos tener muy claro cuál es nuestra posición en el mercado.
Un estudio de la competencia orgánica en el buscador, nos puede ayudar a determinar en qué guerras no merece la pena ni que entremos y cuáles son aquellos posibles flecos en los que podemos hacernos un hueco.
Es común (y sencillo caer en ello) ver cómo dentro de las estrategias, no priorizamos sobre aquellas que pueden generar un mayor impacto en función de nuestra posición en el mercado y en función de lo que necesita realmente un proyecto.
Obtener una visión holística de todo el proyecto, nos puede ayudar a pararnos y pensar qué se requiere realmente y a establecer un orden de prioridades en función del impacto que pueda generar cada una de las acciones durante un periodo determinado.
No tener un suficiente conocimiento del negocio
Si gestionamos la estrategia de posicionamiento orgánico de un cliente debemos tener muy claro cómo funciona el negocio de nuestro cliente.
- Productos y servicios con mayor rentabilidad
- Productos y servicios más demandados y con mejor rendimiento
- Visión de futuro de la empresa
- El impacto de otros canales de adquisición
- Aspectos el pasado relevantes
- Política de precios
- Conocimiento del producto y servicio
Toda esta serie de aspectos refuerza el hecho de la singularidad de cada estrategia SEO. Aun cogiendo dos proyectos del mismo sector y con una posición similar en el mercado, su idiosincrasia puede llevarte a tomar unas decisiones en contra de otras.
No establecer unos objetivos
Aquí entramos también en un buen embrollo. Es cierto que marcar unos objetivos específicos y realistas del impacto que puedan tener nuestras acciones en tráfico y ventas es difícil de medir.
Aun así, plantear toda una estrategia sin unos KPIs que nos permitan medir el éxito o fracaso de nuestras acciones, nos puede generar que a lo largo de los meses, vayamos planteando acciones sin saber cuánto nos acercamos a nuestros objetivos marcados.
A mayor conocimiento, mejores estrategias
Mediante las estrategias SEO dotamos del enfoque necesario a cada proyecto sobre qué teclas tocar para proporcionar un mayor negocio a los proyectos que gestionamos.
Un mayor grado de conocimiento sobre el conjunto de factores vistos hasta el momento nos facilita el hecho de desarrollar estrategias de posicionamiento orgánico más efectivas.
UX: Priorizar desktop vs mobile
Hace tiempo que Google se autoproclama “mobile first”. Con ello nos dice que es Google bot para smartphones el encargado de indexar y clasificar las diferentes URLs.
Cómo SEOs debemos plantear que estructura y jerarquía de contenido tendrán un conjunto de URLs además de aspectos como el grid de productos, sistema de filtros, paginaciones, etc.
Podemos trasladar el conjunto de directrices que deben seguir las URLs a nivel SEO a los expertos en diseño. Ellos se encargan de hacer la magia para que todo encaje a nivel de estilos y de UX.
Sin embargo, en ocasiones podemos caer en el error de plantear diseños únicamente en versión desktop.
Aunque ello nos sirva para ver de una forma más visual como quedará todo, luego nos podemos encontrar con problemas de implementación en versión mobile.
“Aibá esto en desktop tenía todo el sentido del mundo, pero vara marrón implementarlo en mobile”.
Para evitar futuros quebraderos de cabeza, podemos plantear el funcionamiento de las URLs primero en mobile y, posteriormente, adaptarlo a desktop.
Tráfico cualificado
Personalmente, cada vez veo más claro que la métrica clics orgánicos o sesiones, cada vez me dice menos. El tráfico, en este caso orgánico, no deja de ser un medio, no debería jamás ser el fin.
Queremos tráfico ¿para qué? Lo que realmente necesitamos es que los usuarios lleven a cabo ciertas acciones dentro de nuestras páginas y para ello si, lo que necesitamos es atraer cuotas de tráfico.
Si que es cierto, que en múltiples ocasiones necesitamos demostrar nuestra expertise en el sector a ojos del buscador y de los usuarios. Ligado a ello, una buena estrategia de contenidos para ir obteniendo autoridad semántica en determinadas áreas, nos puede impulsar aquellas verticales más transaccionales.
También tiene todo el sentido del mundo, ir revisando el proyecto para asegurarnos que las cuotas de tráfico no han sufrido cambios abruptos que nos repercuta negativamente en la adquisición de tráfico.
Aun así, siempre debemos poner el foco en el tráfico cualificado.
¿Qué verticales de nuestro sitio web son aquellas que captan más y menos cuotas de tráfico? ¿Llevan a cabo los usuarios las acciones que queremos que hagan en nuestras páginas? ¿En qué secciones se llevan a cabo estas acciones? ¿Existe alguna vertical más sensible a convertir?
Esta serie de preguntas son las que debemos hacernos para no únicamente nos alimentemos el ego viendo gráficas de crecimiento, sino preguntándonos qué hay realmente detrás de todo ello.
La importancia de la arquitectura web
Es muy común ver arquitecturas web que no han seguido una estructura lógica en cuanto a que las diferentes URLs solventen diferentes intenciones de búsqueda.
Por ejemplo, en un ecommerce, se ve con frecuencia arquitecturas web planteadas en función únicamente de los productos o servicios disponibles.
A grandes rasgos, desde una óptica SEO, siempre debemos plantear arquitecturas web que se adecuen a los productos y servicios disponibles junto con la demanda existente en el buscador.
La importancia de la marca
Es común también el planteamiento de estrategias SEO que busquen mejorar los rankings, tráfico y conversiones por consultas ajenas a la marca y eso tiene todo el sentido del mundo.
Aun así, dado los cada vez más frecuentes cambios que está ejerciendo Google en su buscador así como la competitividad existente en los diferentes sectores, desde SEO siempre deberíamos preguntarnos cómo mejorar la conciencia de marca de nuestros proyectos.
La necesidad de pivotar
En ocasiones, puede suceder que hayamos tenido en cuenta todos los factores críticos y hayamos desarrollado una estrategia SEO con todo el sentido del mundo.
Pero, de repente, algo cambia.
Actualizaciones del algoritmo de Google que te hace perder altas cuotas de tráfico o cambios en la reputación de la marca o cambios repentinos en el sector que perjudican tu estrategia planteada, son algunos de los cambios en los que en un principio no contabas.
Es por ello, que en ocasiones tendrás que pivotar todo lo planteado en función de estas externalidades. No podemos obviar estos cambios críticos y haber grabado en piedra la estrategia planteada.
De hecho, parte de la estrategia puede contemplar estos cambios de escenarios y dotar de cierta flexibilidad a las acciones planteadas en función del comportamiento macro.