La Biblia visual de tu marca: qué debe incluir una guía de estilo bien hecha

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Si estás construyendo una marca antes o después te encontrarás con un concepto clave: la guía de estilo. A veces también la llaman Brand book, Manual de identidad… Da igual el nombre: su función es la misma: ordenar, definir y unificar la imagen de marca en todos los canales.

Pero, ¿qué debe tener una guía de estilo bien hecha? ¿Por qué es importante? ¿Y cómo podemos aplicarla de forma útil y realista?

¿Qué es una guía de estilo de marca?

Una guía de estilo de marca es un documento que recoge todos los elementos visuales, gráficos y tonales que definen cómo se presenta una marca al público. Su objetivo es asegurar la coherencia, ya sea para diseñar un post de Instagram, desarrollar una web o lanzar una campaña publicitaria.

Imagina que la marca es una persona: ¿cómo se viste? ¿Cómo habla? ¿Qué colores prefiere? ¿Qué tono usa para comunicarse? Todo esto debe estar recogido en la guía de estilo de marca.

¿Por qué necesitas una guía de estilo?

Estas son algunas de las razones más importantes:

  • Coherencia visual: Si cada pieza gráfica es diferente, la marca pierde fuerza y transmite una imagen descuidada. La guía es la referencia que todos los equipos (diseño, marketing, desarrollo, ventas,  etc.) deberían seguir para cualquier comunicación externa e interna.
  • Ahorro de tiempo: Evitemos empezar desde cero cada vez. La guía estandariza procesos y permite trabajar con mayor agilidad. No hay que reinventar la rueda para cada nueva propuesta.
  • Profesionalidad: Una marca coherente transmite seguridad, y eso, al final, se traduce en más reconocimiento, fidelización y conversiones.

¿Qué debe incluir una guía de estilo bien hecha?

Toda guía de estilo visual debería incluir como mínimo:

1. Logotipo y variaciones

  • Versión principal y versiones secundarias (horizontal, vertical, monocromo, negativo…).
  • Usos correctos e incorrectos.
  • Espaciado mínimo y tamaños recomendados.

2. Paleta de colores

  • Colores primarios y secundarios con sus códigos (HEX, RGB, CMYK y Pantone).
  • Combinaciones sugeridas y recomendaciones de uso.

Existen muchas herramientas que ayudan a la hora de seleccionar la paleta cromática, por ejemplo  Coolors o Adobe Color, que además de generar propuestas muestran información importante para cumplir con los contrastes mínimos de accesibilidad.

3. Tipografías

  • Tipografía principal y tipografía de sistema (alternativa si no puede cargarse la principal).
  • Jerarquías: títulos, subtítulos, párrafos, botones…
  • Ejemplos reales con estilos aplicados.

4. Estilo fotográfico e ilustraciones

Es importante definir el tono visual de todas las comunicaciones, ¿Se usarán fotos reales, retocadas o generadas con IA? ¿Se dispondrá de material propio con fotografías creadas por nosotros o en cambio se hará uso de algún banco de imágenes? ¿Se utilizarán ilustraciones y de qué estilo? … 

Es importante hacerse todas estas preguntas ( ¡y muchas más!) y que la respuesta esté alineada con la imagen que queremos transmitir como marca. Siempre es de utilidad incluir ejemplos para que cualquier persona del equipo pueda trabajar de forma autónoma teniendo claro qué y cómo puede aplicarlo.

5. Iconografía y recursos gráficos

Aquí volvemos a hacernos las mismas preguntas que en el punto anterior, ¿Cómo serán los iconos? ¿Lineales, con relleno, estilo emoji, 3D…?

Además de trabajar la iconografía veremos que hay muchas otras situaciones que necesitarán otros elementos gráficos,  y es por ello que resulta de gran utilidad tener diseñadas formas, patrones para fondos, marcos y cualquier otra elemento gráfico.

6. Tono y voz de la marca

No debemos olvidar que la guía de estilo de marca no solo incluye pautas visuales, también debe definir cómo se comunica la marca: ¿es seria, divertida, cercana o técnica?

Una voz mal alineada puede arruinar incluso el diseño más potente.

7. Aplicaciones reales

Una buena guía debe incluir ejemplos prácticos: Mockups de Landing pages, creatividades de redes sociales, plantillas de newsletters, papelería corporativa…

Las guías de estilo no son documentos cerrados ni camisas de fuerza, pueden  ir creciendo con el tiempo y deben de tener cierto margen de modificación para ajustar o replantear a partir de los resultados obtenidos.

Guía de estilo: ejemplo sencillo

Una  estructura sencilla para una guía de estilo de marca podría ser la siguiente:

  1. Portada con logo y nombre de marca
  2. Índice de contenidos
  3. Introducción con valores y misión
  4. Logotipo y variaciones
  5. Paleta cromática
  6. Tipografías
  7. Estilo visual (fotografía, iconos, ilustraciones)
  8. Tono de voz
  9. Ejemplos de aplicación real

Este documento puede ir creciendo con el tiempo. No tiene que ser perfecto desde el día uno, pero sí debe ser claro, accesible y realista.


Herramientas útiles para crear una guía

Hay muchas herramientas para trabajar la guía de estilos, desde Figma o Adobe XD que permiten trabajarlas y compartirlas de forma colaborativa (mi favorita, porque permite hacer modificaciones y publicarlas actualizando el contenido sin depender de nadie) a PDF interactivos, que son más cerrados pero visualmente potentes.

Para guías que  incluyan mucho texto, documentación interna y recursos visuales, puede ser útil la herramienta Notion.

En resumen

La guía de estilo de marca no es un documento cerrado a cal y canto, debe evolucionar con la marca: cambios de tipografías, ampliación de  paleta cromática, ajustes del tono, rediseños en el logotipo… todo debe estar actualizado.

Es una buena práctica involucrar al resto del equipo, escuchar a quienes la usan y asegurarse de que está pensada para utilizarse y ser comprendida por todos los profesionales, no solo por diseñadores.